POR FIN VE LA LUZ EL ARTICULO DE LOS RABILARGOS, YA ESTA EN LA CALLE LA REVISTA DE ANILLAMIENTO
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MUDA POSJUVENIL DEL RABILARGO
Estudio sobre la extensión de la muda posjuvenil
del rabilargo en el centro peninsular
Autor: José Antonio Fimia Fernandez. Grupo EMA
Foto 1 Rabilargo
(Cyanopica cokki).
MUDA, DATADO Y SEXADO
RESUMEN
Para poder datar correctamente los ejemplares
de rabilargo (Cyanopica cooki) capturados
para su anillamiento una vez finalizada la
muda de otoño, se analizan 180 fichas de muda
no activa correspondientes a individuos juveniles
capturados en el periodo de 2011 a 2013. Mientras
los adultos mudan completamente, la extensión
de la muda posjuvenil es siempre parcial y
variada en extensión, abarcando en el ala siempre
todas las pequeñas, medianas y grandes coberteras,
la cobertera carpal, el álula, y las terciarias. A
veces se extiende por todas las coberteras primarias
y hasta las tres secundarias más externas.
Por el contrario, la muda de las plumas de la cola
no puede usarse como criterio para datar las aves
ya que puede comprender todas las rectrices. El
presente artículo intenta servir de ayuda en la datación
de estas aves a los anilladores que en sus
jornadas de campo capturen rabilargos.
INTRODUCCIÓN
El rabilargo es un córvido de mediano tamaño y
conspicuo plumaje azulado (foto 1), que en Europa
se encuentra únicamente en el cuadrante suroccidental
de la península Ibérica, quedando
prácticamente restringido en España a Andalucía,
Extremadura, ambas Castillas y la Comunidad de
Madrid (Jiménez, 2003).
Al realizar cualquier estudio sobre la muda de alguna
especie de ave, es imprescindible conocer sus
estrategias de muda para datarla correctamente. En
el caso del rabilargo, esta circunstancia resulta especialmente
dificultosa porque presentan una muda
parcial posjuvenil compleja (Svensson, 1996),
donde resulta difícil establecer sus límites debido
a su extensión variable y a la calidad y tono de coloración
de las plumas de ala y cola. Para tratar de
paliar este déficit de información se aborda este trabajo,
cuyo objetivo es describir los patrones de
muda posjuvenil del rabilargo en una localidad del
centro de España. Este estudio complementa la información
recogida sobre la muda de esta especie
en otras áreas de la geografía ibérica (De la Cruz
et al., 1992).
MATERIAL Y MÉTODOS
El presente estudio se llevó a cabo entre los años
2011 y 2013 en el madrileño término municipal de
Robledo de Chavela (40o 31´ N / 04o 14´ W; figura
1) a 990 msnm, en una urbanización de casas individuales
construidas en parcelas independientes
de entre 500 y 1.000 metros cuadrados de superficie,
con arbolado variado en el que predomina el
pino negral (Pinus nigra), la encina (Quercus ilex) y
una gran variedad de árboles frutales y ornamentales
de todo tipo.
rabilargo en la
Comunidad de Madrid
(SEO/BirdLife, 1994) y
localización de la zona
de estudio (círculo
verde).
Para capturar los rabilargos se utilizo una red de tiro
de un solo paño de 6 metros de largo por 2 metros
de ancho y luz de malla de 16 mm (foto 2).Se cebó
FOTO 2
la zona central con pan picado, al que acuden rápidamente
los rabilargos en invierno al escasear los
frutos en la zona. Este método resulta una excelente
alternativa a las redes japonesas, que en muestreos
previos demostraron una eficacia limitada, ya que
los rabilargos las esquivaban o escapaban de ellas
con relativa facilidad.
Para evitar el deterioro del plumaje que se produce
en los colectores de tela y que viene provocado por
la deyecciones que genera el estrés de la captura,
manchando el plumaje y dificultando la localización
de los límites de muda, se construyó una jaula de
transporte de madera con las siguientes dimensiones:
ancho 38 cm, largo 45 cm y alto 30 cm,
con rejilla electrosoldada en las partes superior e
inferior y con luz de malla de 12 mm, con puerta
de guillotina corredera por la que introducir y sacar
las aves y con dos pequeños travesaños que los rabilargos
utilizan como posaderos a una altura de 15
cm (foto 3).
De este modo se consigue que las aves
permanezcan tranquilas hasta su marcaje y las
deyecciones caigan al suelo de la jaula, evitando así
el deterioro del plumaje de las alas y de la cola.
Las capturas se realizaron sobre todo durante la
etapa invernal, ya que el resto del año los rabilargos
apenas acudían al cebadero. En consecuencia,
la mayoría de las capturas se llevaron a cabo después
de la muda posnupcial o posjuvenil.
Todas las aves fueron individualizadas con anillas
de metal de remite ICONA del modelo 3 y datadas
como joven o adulto según los criterios de De la
Cruz et al. (1992) y Svensson (1996), entendiendo
por ave juvenil (códigos Euring 3/5) las aves desde
que abandonan el nido hasta realizar su primera
muda completa, que viene a producirse en su segundo
año calendario, tras su primera temporada
de cría. De cada ejemplar se tomaron las medidas
más habituales: cuerda máxima (Svensson, 1996);
P8 (Berthold y Friedrich, 1978); tarso doblado
(Svensson, 1996); grasa (Kaiser, 1993); músculo y
peso (Clarabuch, 2000).
A todos los individuos juveniles se les hizo ficha de
muda no activa (Gargallo, 2000). El análisis de las
fichas de muda sigue los criterios y la plantilla de
Jenni y Winkler (1994).
RESULTADOS
Para el presente estudio se llevaron a cabo 55 jornadas
de campo, en las que se dataron un total de
352 individuos, de los que 172 eran adultos (códigos
Euring 4/6) y 180 jóvenes (códigos Euring 3/5).
De las fichas de muda se pudo concluir que todas
las aves juveniles mudaron todas las pequeñas,
medianas y grandes coberteras, la cobertera carpal,
las tres plumas del álula y las tres terciarias.
En cuanto a las coberteras primarias, algo más de
la tercera parte no mudó ninguna (36,7 %, n = 66;
foto 4)
mientras que el 40% (n = 72) mudó un número
variable de ellas, generalmente dos o tres, y
no correlativas (foto 5).
Se detectó en este último
grupo numerosas asimetrías en el número de plumas
mudadas en cada ala o la existencia de diferentes
secuencias de muda. Menos de una cuarta
parte de los individuos mudaron todas las coberteras
primarias (23,3 %, n = 42; foto 6)
Respecto a las secundarias, solo 18 individuos, el
10 %, no mudaron ninguna secundaria; la tercera
parte de los ejemplares mudó solo la sexta secundaria
((33,3%, n = 60); 100 aves mudaron la
sexta y la quinta secundaria, el 55,6 %; y solo 2 individuos,
el 1,1%, mudaron la sexta, quinta y
cuarta secundaria. En el caso de las secundarias,
el patrón de muda era siempre simétrico.
En las primarias, no se apreció el cambio de ninguna
de ellas, solo en dos casos se encontró alguna
pluma mudada, posiblemente debido a una reposición,
al ser localizado solamente en un ala.
Es de destacar que al analizar la muda de la cola
se comprobó que todas las aves mudan el par
central (foto 7).
La tercera parte de los ejemplares
jóvenes (33,3 %, n = 60) mudó la cola en su totalidad
(foto 8);
una cuarta parte mudó solamente el
par central (25,6%, n = 46), y finalmente 74 ejemplares,
el 41,1 %, mudaron un número variable de
rectrices, aunque no seguían un patrón definido, ya
que muchos de ellos mostraron asimetría entre
las partes izquierda y derecha de la cola (foto 9).
Según estos resultados, y siguiendo a Jenni y Winkler
(1994), la extensión de la muda posjuvenil en
el rabilargo se representa como se puede observar
en la figura 2.
Esquema de muda posjuvenil del rabilargo. Todos los juveniles mudaron las
pequeñas y medianas coberteras (MaC, MeC), grandes coberteras (GC), terciarias (T),
carpal (CC),álula (Al) y el par de rectrices central(R). La muda de coberteras
primarias (CP) varía entre la renovación total (100 %), un porcentaje variable del
número de plumas cambiadas (40 %) o la retención de todas ellas. El mismo patrón
que en las coberteras primarias se observa en las rectrices (R). Las plumas
secundarias (S) se cambiaron según los siguientes porcentajes: el 33 % mudo las S6,
el 55 % mudo las S6 y S5, y el 10 % mudo las S6, S5 y S4.
DISCUSIÓN
La pluma del ave sufre de la abrasión mecánica y
la exposición a la luz y a la lluvia. Como artilugio
muerto no puede renovarse continuamente sino
que tiene que ser sustituido completamente. Este
cambio requiere una gran inversión de energía y nutrientes
especiales, así como adaptaciones metabólicas
y fisiológicas. Los gastos energéticos totales
dependen del número de plumas que se renueva
(Bezzel y Prinzinger, 1990).
En aves jóvenes, individuos con poca experiencia en
la búsqueda de alimentos, abunda por lo tanto la estrategia
de la muda parcial posjuvenil, que debe haber
terminado antes del invierno. Esta muda parcial
permite que el ave se mueva normalmente, que le
proteja convenientemente del frío y de la lluvia,
pero involucra un menor número de plumas e invierte
también menos en calidad y en coloración
comparado con un adulto.
La secuencia básica de la muda parcial posjuvenil
suele abarcar las coberteras menores, medianas y
grandes, álula, carpal, terciarias y el par central de
las rectrices (Jenni y Winkler, 1994). Pero la extensión
de la muda suele depender de la latitud en
la que vive el individuo, siendo la muda parcial en
el norte de Europa más reducida que en el sur. Un
córvido parecido al rabilargo, el arrendajo (Garrulus
glandarius), no muda como juvenil en Suecia ninguna
gran cobertera en la muda posnupcial, mientras
que en Gran Bretaña muda seis o menos, y en
Suiza el 50% de las aves mudan por lo menos una
y el 6% todas las grandes coberteras (Ginn y Melville,
2011).
En nuestro caso se trata de una muda parcial extensa,
que incluye las tres secundarias más distales.
Jenni y Winkler (1994) definen este tipo de
muda como extensión de la muda de las terciarias.
Casos de una muda posjuvenil aún más extensa
en rabilargos encuentra De la Cruz et al. (1992)
en Extremadura, con la renovación de hasta cinco
secundarias.
El patrón irregular y asimétrico constatado hace
pensar que en nuestras latitudes la presión selectiva
que se ejerce sobre la renovación de las plumas
no es muy grande. En las coberteras primarias se
pueden observar tres grandes grupos: el 36,7% no
renueva ninguna pluma, el 40% dos o tres, mientras
el 23,3% cambia todas.
El cambio de la cola parece explicable por el comportamiento
de los rabilargos de pasar bastante
tiempo en el suelo buscando alimento, lo que genera
un mayor desgaste de estas plumas.
En aves jóvenes que tardan mucho en renovar sus plumas
de vuelo, como en nuestro caso hasta la muda
posnupcial, el color del plumaje se asemeja mucho a
los adultos (Jenni y Winkler, 1994). Por esto muchas
veces no resulta fácil ver los límites de muda, y el conocimiento
de las extensiones de la muda de los
ejemplares juveniles ayuda a datar correctamente a las
aves que se capturan de esta especie.
Siendo el objetivo final de este estudio aportar la información
necesaria para localizar los limites de
muda tan variados que tienen los jóvenes de esta
especie, confío en que este trabajo sea del interés
del resto de anilladores.
Consejos para la datación
A tenor de lo anteriormente expuesto, se aconseja
al colectivo de anilladores que se fijen en la cara
interior de la cola, donde es más fácil distinguir las
plumas mudadas (más anchas en la punta, con un
tono azul más intenso y mayor calidad de la
pluma) de las juveniles (más estrechas en la
punta, con borde claro y generalmente desgastadas).
Pero, si se aprecian todas las plumas de la
cola mudadas, entonces, hay que buscar el límite
de muda en las coberteras primarias, y en
En aves jóvenes que tardan mucho en renovar sus plumas de
vuelo,como en nuestro caso hasta la muda posnupcial,
el color del plumaje se asemeja mucho a los adultos
caso de tener todas mudadas, hay que comprobar
si no existe límite de muda en las secundarias
más externas (distales). Las plumas mudadas son
un poco más largas, de mayor calidad y de un
tono azul más intenso. En el caso de no detectar
límite de muda se puede confirmar que se trata de
un ave adulta (Euring 4/6) (foto 10).
AGRADECIMIENTOS
A mi compañera María Jesús por su paciencia
conmigo, a mis hijos Olga y Javier por su inestimable
ayuda con la traducción del inglés al
castellano de la bibliografía y con el diseño gráfico,
y a Ernesto Ferreiro y Andrea Gardiazábal
por su impagable aportación en la revisión y mejora
del presente trabajo. Agradezco también los
comentarios de Rubén Piculo y Alex Onrubia, los
cuales mejoraron sustancialmente el manuscrito
inicial.
REFERENCIAS
Berthold, P. y Friedrich, W. 1978. Die Federlänge:
Ein neues nützliches Flügelmass. Vogelwarte,
30: 11-21.
Bezzel, E. y Prinzinger, R. 1990. Ornithologie. Ulmer
Verlag. Stuttgart.
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Del Moral, J. C., Molina, B., De la Puente, J. y Pérez-
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En: Pinilla, J. (Coord.). Manual para el anillamiento
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De la Cruz, C., de Lope, F. y Sanchez, J. M. 1992.
Postjuvenile moult in the Azure-winged Magpie
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Gargallo, G. 2000. La nueva fiche de muda. En: Pinilla,
J. (Coord.). Manual para el anillamiento
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Ginn, H. B. y Melville, D. S. 2011. Moult in Birds.
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Jenni, L. y Winkler, R. 1994. Moult and Ageing of European
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En: R. Martí y Del Moral, J. C. (Eds.). Atlas de las
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Ministerio de Medio Ambiente-SEO/BirdLife.
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Kaiser, A. 1993. A new multi-category classification
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SEO/BirdLife. 1994. Atlas de las aves nidificantes
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de Medio Ambiente. SEO/Agencia de Medio
Ambiente. Madrid.
Svensson, L. 1996. Guía para la Identificación
de los passeriformes europeos. SEO/BirdLife.
Madrid. n
ESTA ES UNA COPIA DEL ARTICULO PARA TODOS AQUELLOS INTERESADOS QUE NO SEAN ANILLADORES Y POR LO TANTO NO RECIBAN LA REVISTA, CONFIO EN QUE SEA DE UTILIDAD A TODOS LOS QUE CAPTUREN RABILARGOS PARA SU ANILLAMIENTO . FELICES FIESTAS Y PROSPERO AÑO 2016.
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